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El Reino de León

EL REINO DE LEÓN

Tras la muerte de Alfonso III “El Magno” en 910 se repartieron los territorios entre sus hijos. García heredaría León y se convertiría en el primer monarca del Reino. En 914 le sucedería en el trono su hermano Ordoño II, quien establecería definitivamente la capital de la Corte Real en la ciudad de León. Sus incesantes campañas bélicas contra los musulmanes, darían fuerza al nuevo reino y convertirían a la ciudad en la de mayor importancia de la cristiandad peninsular.
 
Durante el siglo XI, León sería testigo de una época de florecimiento social y político que se reforzó con la importancia del Camino de Santiago. En este período, y entre los muchos hitos que salpican la historia del Reino, destacan, sin duda alguna, la promulgación del Fuero de León, en 1020, el traslado de los restos del Doctor de las Españas de Sevilla a León, en 1063, hecho que propició la edificación de la Basílica de San Isidoro, maravilla románica bajo cuyas bóvedas policromadas tienen sepulcro el santo hispalense y morada eterna los reyes y reinas de León, así como la conquista de Toledo, en 1085, por Alfonso VI. 
 
En el siglo XII, coronado Alfonso VII emperador en la catedral legionense, el 26 de mayo de 1135, León alcanzará un momento estelar y esplendoroso, siendo, tiempo después, escenario de las Cortes del Reino de León de 1188, primeras cortes democráticas de España convocadas por Alfonso IX, que dieron lugar a la Carta Magna leonesa, donde el elemento popular se incorporó a las representaciones de la nobleza y el clero. Luego, ya en el siglo XIII, en 1230, Fernando III “El Santo”,  hijo del citado Alfonso IX y de Berenguela de Castilla, unificaría el poder leonés y castellano.