Inicio >>
Inicio »Fiestas y Tradiciones »Ciudad de León »

La Semana Santa

SEMANA SANTA

La Pasión

Declarada de Interés Turístico Internacional en 2002, la Semana Santa de León destaca por la sobriedad, la austeridad y el recogimiento que se vive en cada uno de sus actos y procesiones. Comienza el Viernes de Dolores (viernes previo al Domingo de Ramos), cuando sale la procesión de ‘La Dolorosa’ desde la iglesia de Santa María del Camino o del Mercado, y concluye el Domingo de Resurrección. Son  diez días de intenso fervor popular que se viven en León con piedad y sentimiento.

    Conocidos popularmente como “papones”, los cofrades leoneses son la expresión máxima de un pueblo volcado con la Pasión de Cristo. A ellos se une la excelsa imaginería celosamente mantenida por las dieciséis Cofradías y Hermandades, donde resaltan obras de afamados imagineros como Gregorio Fernández, Francisco Díez de Tudanca, Luis Salvador Carmona, Víctor de los Ríos, Ángel Estrada y Navarro Arteaga, entre otros.

    La agrupación más antigua es la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, fundada el 9 de febrero de 1578; la más moderna, fundada en septiembre de 1994, es la cofradía del Cristo del Gran Poder. Además, hay dos cofradías formadas íntegramente por mujeres: María del Dulce Nombre y Agonía de Nuestro Señor.

    “La Ronda” y la “Procesión de los Pasos” de la Cofradía del Dul¬ce Nombre de Jesús Nazareno, fundada en 1611, son los actos más originales y reputados de la Semana Santa de León, por lo que poseen una mención especial dentro de la Declaración de Interés Turístico Internacional. La Ronda – con toques de esquila, clarín y tambor -  se inicia a las 12:00 de la noche del Jueves Santo, llamando a los pa¬pones a la procesión de la maña¬na. Cada llamada tiene como colofón esta  expresión: “Levantaos, herma¬nitos de Jesús, que ya es hora”. A las 7:30 del Viernes Santo co-mienza el mencionado cortejo procesional de “Los Pasos”,  que atesora trece secuencias iconográficas de la Pasión y Muerte de Cristo, todos ellos portados a hombros. Es sobre¬cogedor el Encuentro en la Plaza Mayor entre la Dolorosa y San Juan, en presencia del Nazareno, imagen titular de la cofradía.

    También debe destacarse la Procesión del Perdón, que se celebra el Martes Santo al caer la tarde. Uno de sus momentos memorables acontece cuando el cortejo llega al pórtico occidental de la Catedral de León, donde se encuentra el ‘Locus Apellationis’, situado entre las puertas de San Juan y del Juicio Final. Se trata de un pequeño fuste proveniente de la antigua iglesia románica, donde antiguamente repartía justicia el llamado Tribunal del Libro. En ese sitio tan emblemático, el abad de la Cofradía Santo Cristo del Perdón solicita el indulto de un penado, que, una vez liberado, se suma a la procesión.

    Una curiosidad de la Pasión leonesa es la Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, un cortejo que desde 1830 es organizado y protagonizado por dos cofradías diferentes: en los años pares, se encarga Nuestra Señora de las Angustias y Soledad; y en los años impares, la Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz. Ninguna de las dos cofradías tiene parte en la preparación del cortejo que organiza la otra.

    Otros actos destacados son la procesión del “Dainos”, con una de las tallas más antiguas de la ciudad, el Domingo de Ramos; el Tradicional Calvario o Vía Crucis Leonés Cantado, el Martes Santo; o la Ronda Lírico-Pasional “Luis Pastrana Giménez” el Miércoles Santo.

    La Semana Santa de León posee, por su parte, un sonido peculiar gracias a las bandas de cornetas y tambores así como a las agrupaciones musicales que acompañan a casi todas las procesiones, ofreciendo un repertorio de música sobrecogedor. Alguna de ellas incorpora  instrumentos singulares. A modo de ejemplo, señalaremos que la banda de la Hermandad de Jesús Divino Obrero fue la primera en incorporar gaitas a su formación.
 



Costumbres paganas

En la Semana Santa de León comparten espacio con la festividad religiosa dos costumbres paganas muy arraigadas. En primer lugar, se suele “matar ju¬díos” en el Barrio Húmedo. Naturalmente, se trata de un acto pacífico, ya que lejos de perseguir al pueblo de Moisés, todo consiste en tapear y beber limonada en los múltiples bares del casco antiguo. Con similar espíritu, la noche del Jueves Santo se celebra “El Entierro de Genarín”, un cortejo bufo que conmemora la muerte de un pellejero bajo las ruedas del primer camión de la basura de León, hecho luctuoso acaecido el 29 de marzo de 1929.



Las Cabezadas o "Foro y Oferta"

Lucas de Tuy registra que en el año 1158 una gran sequía azotaba León. El pueblo organizó una rogativa a San Isidoro, Doctor Hispaniae, sabio y santo, y el milagro se consumó: llovió copiosamente durante la procesión de sus reliquias. En agradecimiento, los gobernantes de la ciudad acudieron “voluntariamente” a la Real Colegiata de San Isidoro para entregar en ofrenda un cirio de una arroba y dos hachas de cera. El Abad y el Cabildo los aceptaron, aunque consideraron que tenía carácter obligatorio, o de foro.

    Así se desató un interminable pleito que, cada último domingo de abril, reproduce una batalla dialéctica entre el síndico de la Corporación municipal y el capitular del Cabildo, una disputa oratoria plagada de guiños e ironía, y destinada a culminar en tablas: cada una de las partes hace constar en sus actas la “ofrenda voluntaria” o el “foro obligatorio”, y la fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, continúa en paz hasta el año siguiente.



Reverencias

La despedida del Ayuntamiento y el Cabildo es el momento más pintoresco de la celebración y razón por la que se la conoce como “Las Cabezadas”: canónigos y concejales se hacen reverencias, doblándose casi en ángulo recto hasta tres veces, en un ademán que arranca las risas y los aplausos del público.