Patrimonio de El Bierzo
¿Quieres saber lo que es vivir en un cuento, lleno de bosques y lagos? ¿Conocer la mayor mina de oro de todo el Imperio Romano? ¿Estar rodeado de castillos, palacios y monasterios? ¿Trasladarte al pasado viendo castros, herrerías, hórreos y pallozas?
Has venido al lugar indicado…
En tu visita te encontraras con miles de peregrinos que se dirigen a Santiago y te contaran como han disfrutado con la belleza del paisaje, la gastronomía, los emblemáticos monumentos y la hospitalidad de las gentes.
IGLESIA MOZÁRABE DE SANTIAGO DE PEÑALBA
Santiago de Peñalba formó parte de un monasterio fundado a principios del X. Gracias al trabajo realizado sobre los paramentos se ha podido conocer la fecha de consagración del edificio en tiempos del Obispo Salomón: el 937 de nuestro calendario o 975 de la era hispana.
La fecha de consagración de 1105, localizada en una lápida de la entrada puede ser, por consiguiente, una fecha de reconsagración.
Precisamente, en el Valle del Oza, dónde se encuentra este templo, hay muchos otros recintos sagrados ligados a monjes y eremitas que en aquellos siglos poblaban esos parajes bercianos en busca de paz espiritual.
Este templo, declarado en Monumento Nacional en 1931, es una de las obras mozárabes más importantes del país.
Cuenta con una única nave que se divide en dos tramos, unas estancias laterales que generan apariencia de crucero y dos ábsides contrapuestos, en la cabecera y en el pie de la cruz latina de su planta.
Estos dos ábsides suponen una particularidad propia de esta iglesia, ya que son escasísimos los templos que cuentan con este elemento.
En los muros prevalecen las líneas rectas, lo que contrasta con los arcos y muros curvos del interior.
El material usado en la construcción es sencillo: mampuesto y pizarra para su techumbre de amplios aleros.
El elemento más llamativo del exterior es la puerta del muro sur, que se compone de dos vanos de herradura geminados, con recuadro de alfiz, sobre capiteles vegetales.
La del lado norte también tiene un arco de herradura, como hemos referido, en esta iglesia mozárabe las influencias andalusíes son patentes.
En las jambas de las puertas septentrionales se conserva una lauda sepulcral del siglo XII.
En el muro del ábside occidental se encuentra un lucillo sepulcral románico.
Si observamos las paredes del coro descubriremos diversos grabados en estuco de formas humanas, geométricas e incluso de animales, entre los que destaca un llamativo elefante.
MONASTERIO DE SAN PEDRO DE MONTES
Ubicado en Montes de Valdueza, su primera construcción se debe a la iniciativa del visigodo San Fructuoso que lo fundó en el año 635.
Precisamente, este santo está considerado como un símbolo de la vida eremita ya que, aparte de este convento, también impulsó los de Compludo y San Pedro de Peñalba.
Sería su discípulo, San Valerio, con la advocación de San Pedro y San Pablo, quien continuaría esta labor, no sin la oposición inicial de los primeros monjes.
Quedan para la historia, como transcribió el cronista Luis Pastrana, las palabras de este santo con las que describe la belleza innegable de este paraje, “es un lugar parecido al Edén y tan apto como él para el recogimiento, la soledad y el recreo de los sentidos.”
Tres siglos más tarde, San Genadio, que sería Obispo de Astorga, junto con otros doce compañeros, reedificaría este monasterio que alcanzaría su apogeo bajo la Regla de San Benito. Es, precisamente, entre los siglos XI y XIII cuando consolida sus dominios en Galicia, León y Zamora y disfruta de una época de cierta prosperidad gracias a las donaciones recibidas.
Arquitectónicamente es hispano visigodo, pero alterna el prerrománico visible en los capiteles con el románico de la torre, los restos del claustro y la fachada de la iglesia.
Desgraciadamente hoy sólo quedan sus restos y la Iglesia del Monasterio, supervivientes de un pavoroso incendio en el XIX y de la escasa atención al edificio tras la Desamortización de Mendizábal.
Es Monumento Nacional desde 1931.
IGLESIA DE SAN ESTEBAN DE CORULLÓN
La localidad de Corullón se encuentra ubicada en una colina sobre la que se domina la vega del Burbia.
Esta zona lleva habitada desde mucho antes que los romanos llegaran a la Península.
La ocupación en la prehistoria y la presencia de poblaciones celtas queda contrastada materialmente a través de las distintas pinturas rupestres y los diversos castros que se diseminan por el entorno.
En cuanto a la iglesia de San Esteban, su cronología está expuesta en el muro septentrional de la torre. En el hay una gran inscripción grabada donde figura la consagración del templo, por el obispo de Astorga, Osmundo, y en la que se hace alusión al comienzo y final de la obra, que quedaría delimitada entre los años 1093 y 1100.
La antigua edificación se vio seriamente alterada en el siglo XVII por una reforma que afectó especialmente a la cabecera del templo.
De la edificación primigenia se conserva la torre cuyos muros laterales están dotados de contrafuertes de pizarra de notable espesor. Este grosor puede ser debido a que antaño pudo soportar parte de la carga de una bóveda de cañón, como se deduce de los arcos perpiaños que todavía se pueden observar.
La iglesia consta de una nave muy modificada por las reformas del siglo XVII, habiendo desaparecido el ábside original.
Bajo los aleros hay una colección de canecillos o modillones con temáticas de animales, cabeza de león y figuras humanas, alguna de ellas cargadas de una fuerte connotación sexual.
La portada tiene ciertas semejanzas con la Portada de las Platerías de la Catedral de Santiago.
En el interior del templo se puede observar el retablo mayor, de traza barroca, en honor al patrón de la iglesia, San Esteban, y una imagen de San José con cronología del siglo XVIII provista de gran belleza.
También destacan los retablos situados en los laterales y que están fechados en el siglo XVII.
IGLESIA DE SAN MIGUEL DE CORULLÓN
La iglesia de San Miguel se encuentra en la ladera del monte de San Martín, lugar que en el que en tiempos existió un monasterio.
La construcción del edificio comienza en el siglo XII, utilizando como material la piedra tobacea.
Una de las características más significativas del templo es su pureza artística, debido a que apenas tiene añadidos posteriores.
Consta de una sola nave de tres tramos que queda rematada en un ábside sin presbiterio.
La fachada meridional tiene una portada de doce metros de altura con tímpano liso y arco de medio punto que descansa sobre columnas. En los modillones o canecillos proliferan las representaciones obscenas y sexuales de animales reales y fantásticos, una parturienta e incluso un hombre desnudo con un gran falo en la mano.
Por encima hay una arquería cegada apoyada sobre columnas que recuerdan la del hastial del brazo meridional del crucero de la basílica de San Isidoro de León.
La belleza del templo se ve favorecida por el juego de luces y sombras que ofrece la piedra tobacea.
En el interior se San Miguel se atesoran un interesante conjunto de imaginería barroca. De esta iglesia procede un magnífico Calvario románico de madera policromada que se encuentra en el museo de León.
IGLESIA DE SANTA MARINA DE BALBOA
El valle de Balboa ha sido desde tiempos inmemorables zona de paso entre Galicia y el Bierzo.
Esta ubicación estratégica lo convirtió en escenario de luchas medievales entre leoneses y gallegos que vieron perpetuada su paz con la iglesia de Santa Marina, enclave de espiritualidad para los pueblos de la comarca.
La iglesia, localizada a la entrada de Balboa, se edifica en el siglo XVI sobre otra de origen románico.
Se trata de una de las muestras más destacadas del estilo renacentista berciano, alternando con algunos elementos del románico en la cabecera.
La planta es de una sola nave dividida en cuatro tramos que se rematan con bóveda de cañón con lunetos.
La cabecera cuenta con un ábside semicircular cubierto por una bóveda de cuarto de esfera.
La edificación de la torre de la iglesia fue encargada a Juan de Perayos y Juan de Pedrosa.
Dispone de planta cuadrada y queda concluida en el año 1588, coincidiendo con el final de las obras de la nave.
En el interior, destaca el retablo mayor, todo de talla y escultura, que al igual que el sagrario son de estilo manierista. Su realización fue encargada a Lucas Formente en el año 1579. En el lateral izquierdo hay un retablo dedicado a La Inmaculada, cuya fábrica procede de la Escuela de Gregorio Fernández. Otro de los elementos llamativos del templo es el San Antonio Abad en posición hierática que se ubica en el lateral derecho.
POZO MINERO “JULIA” EN FABERO
El “Pozo Julia” es uno de los emblemas de la historia reciente de Fabero.
Fue construido a principios de los años 50 y se mantuvo abierto hasta el año 2002.
Se trata de un pozo vertical de 275 metros de profundidad que contaba con cinco plantas en los niveles 50, 100 y 270.
El pozo supuso una gran innovación tecnológica para la época.
En el año 1962 Antracitas de Fabero, propietaria del Pozo Julia, introduce en esta explotación minera el sistema de arranque mediante tajos largos en frente único mecanizados en cepillo, siendo así pionera en la mecanización de la minería en España.
Los propietarios de las minas más importantes del país, incluida HUNOSA, visitaron el pozo para informarse sobre los novedosos cepillos que extraían entre 1000 y 1500 toneladas de carbón diarias con un solo cepillo.
La producción llegó a alcanzar en 1958 cifras históricas con 393.873 Tn. La empresa Antracitas de Fabero fue la más importante de la zona y se le concedió el título de Empresa Modelo a nivel nacional.
La compañía construyó también viviendas, economato, talleres y comercios. Las reservas del Pozo Julia se agotaron en el año 1991.
Los propietarios y herederos de su fundador realizaron un cambio de concesiones con Antracitas de Gaiztarro, mediante el cual renunciaban a las explotaciones a cielo abierto para seguir con las explotaciones subterráneas.
Posteriormente Antracitas de Fabero S.A fue absorbida por Unión Minera del Norte que mantuvo su actividad hasta febrero de 2002 en el paraje “La Reguera”, donde una decisión empresarial basada en los altos costes y las dificultades de extracción puso fin a la actividad minera de Fabero.
IGLESIA DE SAN PEDRO DE DEHESAS
En el municipio de Ponferrada, a unos siete kilómetros de la capital berciana, se encuentra la localidad de Dehesas, un pueblo cuyos orígenes se remontan al menos al siglo XII y que se formó en torno a la iglesia de San Pedro que continúa siendo su monumento más famoso.
El templo se encuentra en medio de una chopera y es de estilo románico. Consta de una sola nave rematada por ábside semicircular y espadaña a los pies. La puerta principal es de piedra con arco de medio punto y alfiz gótico, y tiene una puerta posterior cubierta por un porche. Posee asimismo una torre campanario con espadaña de piedra y estilo clasicista.
El altar de la iglesia está sobreelevado y, del interior del templo, lo que más destaca es el retablo mayor, renacentista, de Nicolás de Brujas y Lucas Formente. De gran monumentalidad, consta de tres cuerpos en los que aparecen representados los evangelistas así como escenas de la Virgen.
La iglesia de San Pedro de Dehesas fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992.
CASTILLO DE CORNATEL
Impenetrable y misterioso, el Castillo de Cornatel, encaramado en un altozano de los Montes Aquilanos, en Villavieja, en el término municipal de Priaranza del Bierzo, constituye uno de los monumentos más emblemáticos de la comarca berciana. Historia y leyenda se acomodan entre los muros de esta fortificación que resiste con heroicidad el paso del tiempo.
La primeras referencias documentales datan del siglo XI, cuando era Castillo de Ulver, aunque su origen, se cree, podría ser anterior dada su estratégica ubicación.
Señores y condes se han ido sucediendo en su propiedad, hasta que en el siglo XIII pasa a manos de la Orden del Temple que ostentó la posesión y disfrute del castillo durante casi cien años, hasta su disolución.
A mediados del siglo XV, con el primer Conde de Lemos como propietario y morador del castillo, éste alcanza su máximo esplendor y es sometido a una gran transformación.
Declarado Bien de Interés Cultural en 1949, este monumento ha sido objeto de intervención e invita a la visita pues además de una prolongada e interesante historia ofrece unas instantáneas de gran belleza.
Esta fortaleza goza de una gran vida cultural además de haber servido de inspiración a escritores como el berciano Enrique Gil y Carrasco que en el siglo XIX, entre estos muros, encontró varios escenarios para la novela “El Señor de Bembibre”, una de las principales novelas históricas españolas.
El castillo cuenta con un museo, donde se recrea el pasado del mismo y sus fases de construcción, así como las posesiones por las que ha pasado a lo largo de la historia.
A partir de enero de 2010 cuenta además con una exposición de armas de asta medievales pertenecientes a la asociación local Caballeros de Ulver .
Festejo popular de ambientación medieval que se celebra cada último fin de semana de agosto y en el que, además de disfrutar de conciertos de música celta, exhibiciones y actividades diversas, se organiza un mercado medieval denominado "Villa de Cornatelo".
SANTUARIO DEL ECCE HOMO DE BEMBIBRE
En sus inicios era una sencilla ermita dependiente de la cofradía de la Santa Resurrección y Vera Cruz, que ya se documenta en 1552.
El santuario alberga en su interior la imagen del Ecce Homo, una figura gótica articulada del siglo XV que sale en procesión cada siete años.
El actual santuario fue edificado en el siglo XIX, sobre otro edificio del siglo XVII-XVIII que fue quemado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, destruyendo prácticamente todo su interior.
El templo es de estilo neoclásico con planta de cruz latina. Sobre la fachada principal se alza una magnífica torre barroca de sección cuadrangular y tambor octogonal construida por el maestro Neira entre los años 1807 y 1808.
El cubo que permite el acceso al campanario es de cantería, con tres cuerpos, y fue realizado en 1678 por Juan Gómez de Velasco, junto con el Ecce Homo entronizado en la hornacina de la carretera, que ha llegado a convertirse en un improvisado altar, donde se acude en busca de amparo y protección en los momentos cruciales de la vida.
El interior está presidido por el retablo mayor, de arquitectura clasicista, que ensambla en 1845 el escultor local Pedro Corral Ramos, y que está presidido por un “Cristo atado a la columna” el conocido “Santo Ecce Homo”, Patrono de todo el Bierzo Alto. La obra es de factura tosca y autor desconocido y personifica la flagelación de Jesús.