CASAS DE MONTAÑA
Las moradas de la montaña adecuan su estructura a las peculiaridades de cada comarca. Como generalidad, son edificaciones de piedra con cubierta de teja, aunque originalmente la techumbre era de paja y material vegetal. En la mayoría existe un cobertizo que da cobijo a los aperos, carros y ganadería pequeña como gallinas y conejos. Habitualmente son de planta rectangular con dependencias ganaderas separadas. Los usos y costumbres de las gentes y, especialmente, los materiales que pone a su disposición la cambiante montaña leonesa, definen sobremanera los distintos matices diferenciadores.
Así, mientras en la vertiente oriental priman los anaranjados techos de teja, en la occidental deslumbran las oscuras cubiertas de pizarra. Valiosos ejemplos incorporan a su fachada corredores de madera en la parte superior, sobre todo las casas cabreiresas. Algunas poseen una escalera exterior que comunica con el corredor; otras, como las lacianiegas, se construían en semicírculo.
La casa babiana o la casa con panera constituyen también excepcionales muestras de arquitectura popular. El Bierzo enseña multitud de edificaciones de aspecto similar a la casa cabreiresa, esparcidas por toda la comarca. Son construcciones asentadas sobre la ladera de las colinas, con la zona habitable en la parte alta, peculiares techos de pizarra y ornamentación sencilla.