Reconocida por la UNESCO en 2006, se encuadra en los municipios leoneses de Peranzanes, Candín, Vega de Espinareda y Villafranca del Bierzo.
Los Ancares Leoneses son sinónimo de biodiversidad, de un medio natural en el que el elemento más destacado son sus bosques: sotos de castaños centenarios, como el ‘Campano de Villar de Acero’, con algo más de quince metros de perímetro, compartiendo territorio con robles, acebos, tejos, abedules y madroños.
La sierra de los Ancares sorprende no sólo por su alto valor ecológico y paisajístico sino también por una original y rica cultura tradicional e historia que perviven en su arquitectura, paisaje y forma de vida. Desde el conjunto arqueológico de Peña Piñera con sus pinturas rupestres de la Edad de Bronce, pasando por los vestigios mineros romanos visibles en todo el territorio -destaca especialmente la explotación de ‘La Leitosa’ en el municipio de Villafranca del Bierzo-, hasta señales más recientes de la extracción de carbón como la línea de baldes del Valle de Fornela.
Las huellas de una cultura castreña se aprecian todavía en los castros visitables de la zona como el de Chano en Peranzanes y en las propias viviendas con techumbre de paja, llamadas pallozas, ubicadas en lugares tan emblemáticos como Campo del Agua o Balouta.
En prácticamente todas las poblaciones se puede disfrutar de una etnografía basada en el uso de la piedra y la madera, apreciada en sus casas, hornos de pan, molinos, lavaderos…
Merece especial atención el rico patrimonio inmaterial que pervive en la zona. Tradiciones populares, como la de los magostos otoñales, para la degustación de la tan apreciada castaña, la molienda, los Mayos de Villafranca y la fabricación artesanal de pan, se suman a otras más peculiares como los entroidos (carnavales). Un legado cultural protagonizado por los tradicionales bailes de los Danzantes del Valle de Fornela, que cada quince de agosto se celebran en varios pueblos del municipio de Peranzanes.
Perfil del visitante
Familias, grupos de amigos, parejas, viajeros en solitario.
¿Cuándo visitarlo?
Durante todo el año, invierno, primavera, verano u otoño.