VARIEDAD
La vegetación leonesa es tan variada como sus paisajes. Cada comarca conserva celosa su propia población autóctona de plantas, desde la más pequeña flor al más alto árbol. Así, los extensos bosques cantábricos de hayas y robles en el norte cobijan también especies vegetales tan mitológicas, desconocidas y únicas como las sabinas, los tejos y los acebos.
Bajando de las montañas, las riberas de los ríos se visten con otras ropas, como los negrillos y álamos en la vereda de los ríos.
Los cultivos han dejado su impronta en el paisaje del sur, con el peculiar lúpulo (el “oro verde”) trepando a las alturas, los productos de la huerta dando vida a los poblados o los viñedos perfumando las comarcas vinícolas. En las peculiares tierras bercianas abundan los árboles frutales, los nogales y los castaños.
¿Sabías que...?
Plantas medicinales
Desde antaño se han aprovechado en todas las comarcas leonesas las plantas medicinales como la genciana, el té de peña, la valeriana, el tomillo, o el orégano, y otras muchas más, que la ocurrencia popular ha ganado en secretos curativos e, incluso,
culinarios.