Atravesar la ciudad de León nos llevará mucho tiempo, pero no tiene ningún tipo de pérdida para los peregrinos debido a la perfecta señalización que existe de conchas de bronce clavadas en el suelo, que se complementan con las ya conocidas flechas amarillas.
Abandonaremos la ciudad por el puente de San Marcos, poco después de atravesarlo, a unos 50 metros, comienza, a nuestra derecha, la avenida Párroco Pablo Díez, calle que deberemos seguir, para llegar y atravesar la próxima localidad, Trobajo del Camino.
Para llegar a la Virgen del Camino, que se encuentra a poco más de dos kilómetros y medio, seguiremos por la larga Avenida de Párroco Pablo Díez. Poco después de iniciar una subida en la que comenzamos a salir del casco urbano, las flechas nos indicarán que nuestros pasos deben seguir hacia la derecha, siguiendo la ascensión, en pocos metros, el mirador de la Cruz. Desde este punto nuestro camino proseguirá paralelo a la Nacional 120 y por la parte trasera de un pequeño polígono industrial.
Siguiendo esta vía entraremos en la localidad de la Virgen del Camino.
El camino prosigue justo a la salida del Santuario, paralelo a la carretera nacional durante unos 50 metros y, en la misma curva, a la izquierda, un sendero con un terraplén nos dejará en el camino antiguo que bordea el cementerio de la localidad a nuestra izquierda.
Por una ruta árida y sin sombras encaminaremos nuestros pasos hasta volver a entrar en la carretera poco antes del cruce de la autopista A-66 de Oviedo, seguiremos un largo trecho, de casi dos kilómetros, por un camino de tierra, hasta alcanzar, en una hondonada, la pequeña localidad de Valverde de la Virgen, por la que es la ruta más tradicional del Camino.
Si queremos encaminar nuestros pasos por el itinerario alternativo, más largo pero más cómodo y seguro, de Villar de Mazarife, debemos coger, poco después de abandonar la localidad de La Virgen, una bifurcación, bien señalizada, hacia la izquierda.
Nuestros pasos, desde este momento, alternarán nuestro camino entre el asfalto de carreteras locales, con poco tráfico, y caminos de tierra cómodos y bien conservados.
Cruzando las pequeñas localidades de Fresno del Camino, Oncina de la Valdoncina y Chozas de Abajo, llegaremos, tras recorrer 12 kilómetros, a Villar de Mazarife, localidad muy afamada desde antaño porque acoge al peregrino como en pocos lugares del Camino.
Para proseguir el Camino, cruzaremos la carretera de Villadangos a Santa María del Páramo y encaminaremos nuestros pasos por un camino asfaltado, en línea recta, hasta llegar a un desvío que conduce a San Martín del Camino, para proseguir por una pista de tierra durante casi 4 kilómetros, entre campos de cereales, hasta llegar a Villavante.
Dejando atrás la villa, continuaremos camino en línea recta hacia una chopera, cruzaremos una vía férrea y la autovía por un paso elevado para retomar, de nuevo, el camino hasta llegar a Puente de Órbigo, localidad a la que accederemos tras cruzar, con mucha precaución, la nacional 120 y andar unos cientos de metros entre campos de cultivo.
Si decidimos seguir adelante por el camino más transitado, atravesaremos Valverde de la Virgen, rápidamente para retomar, una vez superado el casco urbano, la senda de tierra que nos conducirá, paralelos a la nacional, y tras recorrer tres kilómetros, a San Miguel del Camino donde podremos encontrar algunos servicios básicos para reponer fuerzas como una panadería y un bar.
Entrar en San Miguel requiere abandonar la senda para cruzar la carretera, con mucha precaución debido al intenso tráfico, hacia la parte derecha del pueblo, para así atravesar la población cómodamente por una calle interna de la localidad.
Salir de San Miguel requiere, de nuevo, mucha precaución, debido que, nuevamente, tenemos que volver a cruzar la carretera para retomar nuestro camino por un andadero que surca el páramo leonés.
Dejando San Miguel atrás, nos esperan 8 kilómetros hasta Villadangos del Páramo, por un camino, muy monótono pero en muy buen estado, que discurrirá paralelo a la N-120.
Llegar a Villadangos supone volver a cruzar la nacional nada más ver el albergue de peregrinos, la antigua escuela de la localidad, que se encuentra en la margen derecha de la carretera, tras descender una hondonada y sobre pasar un pequeño regato. El paso, como siempre durante nuestra etapa, es peligroso y se debe hacer con extrema precaución.
Para continuar el camino, los peregrinos debemos transitar por toda la calle Real que nos conducirá hasta la salida del pueblo, por la fuente de Ancos, cruzaremos un canal de riego y una chopera para retomar la senda que nos conducirá hasta nuestra siguiente parada, San Martín de Camino, tras recorrer 3,8 kilómetros.
Este recorrido se puede hacer por ambas márgenes de la nacional 120, carretera que tenemos como referencia desde La Virgen del Camino y que nos acompañará hasta Puente de Órbigo.
Ambas sendas son muy cómodas para caminar, pero es más recomendable hacer la senda de la derecha por sus múltiples sombras y zonas de descanso.
Para llegar a la próxima localidad, atravesamos San Martín del Camino, por su Calle Ancha, que en tiempos albergó un hospital jacobeo. La localidad se cruza rápidamente para así dejar, poco a poco, atrás el Páramo y, tras un suave descenso, llegar a la ribera del río Órbigo y tomar un andadero de gravilla fina que avanza paralelo, como viene siendo habitual, a la nacional 120.
Entre campos de cereales y maíz, regados por una buena red de canales y acequias, avanzaremos en nuestro camino 7 kilómetros para llegar a Puente de Órbigo.
Este trayecto discurrirá entre buenas sombras y por una estupenda senda que pasará varios desvíos, hacia Santa Marina del Rey y Villavante, y el canal histórico de la Presa Cerrajera.
Poco más de un kilómetro, antes de llegar a Puente de Órbigo, abandonaremos la presencia de la nacional para encaminarnos, entre campos de cultivo, hasta nuestra siguiente parada, la pequeña localidad de Puente de Órbigo, antes de llegar a Hospital de Órbigo, núcleo urbano que dispone de múltiples servicios y que se encuentra a escasos metros.