Castillos y Palacios en Cuatro Valles
En la zona de Cuatro Valles, las fortificaciones defensivas juegan un papel crucial como testigos silenciosos de la historia y la estrategia militar.
Estas estructuras, que incluyen castillos y torres, han sido fundamentales para proteger y asegurar el territorio a lo largo de los siglos. Además de su función defensiva, estas construcciones ofrecen una visión fascinante del desarrollo arquitectónico y tecnológico de su tiempo.
La localidad de Murias de Paredes se radica cerca del puerto de La Magdalena, junto al río Omaña, rodeada por extensos montes de roble o abedul, así como de una amplia vega de fincas y prados.
De todas las joyas que alberga la localidad de Otero de Curueño destaca la casa palacio de la noble familia de los Álvarez-Acevedo en cuya fachada, situada al oriente, se extienden los escudos de los Acevedo en un impresionante rosal de heráldica.
En la Montaña Central Leonesa, en el tramo medio del río Omaña, en torno al que se configura la comarca del mismo nombre, se encuentra la localidad de Riello, la que da nombre a todo el municipio que ampara 38 núcleos de población.
Fue una de las construcciones que impulsó la familia de los Quiñones en el mayorazgo de Riolago. Data del siglo XVI y fue conocido durante mucho tiempo como Palacio de la Torre Redonda.
Integrada en el ayuntamiento de Pola de Gordón, la localidad de La Vid cuenta con una voluminosa historia avalada por documentos.
Fue, se cree, propiedad de los Tapia, aunque hay quienes citan también a la familia Osorios , marqueses de Astorga, que escogieron este emplazamiento con el objetivo de controlar el valle del río Órbigo.
El pueblo de Canseco se asienta sobre un castro, tal vez de origen prerromano. Los puentes y la arquitectura de su iglesia hacen pensar en el origen medieval de esta localidad ubicada en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, en medio de extensos valles destino de muchos pastos.
La Torre de la Vecilla, edificada en el siglo XII con fines militares y reconstruida en el XIV, da cobijo actualmente a las dependencias municipales tras la restauración acometida en el año 2000 sobre el edificio derruido.
La Torre de Ordás, construida en torno al siglo XV, sirvió a la defensa del Reino de León. A día de hoy, parcialmente conservada, se eleva cilíndrica adueñándose del paisaje y dando cobijo a las aves que anidan en sus recovecos.