Ubicada dentro del casco urbano, está asentada sobre un edificio primitivo, probablemente del siglo XII, que ha sido transformado en siglos posteriores. Consta de capilla mayor de testero recto cubierta con bóveda de cañón gótica y una sola nave con bóveda de lunetos del siglo XVII.
Tras la cabecera se dispone la sacristía a la que se accede por una puerta abierta en el lado norte del presbiterio.
El elemento más destacable se encuentra en el pórtico occidental, protegido por un pórtico moderno, donde se abre la puerta de ingreso, único resto románico que se ha conservado. Está formado por un sencillo arco de medio punto y guardapolvo de pequeños billetes, motivo que se repite también en el borde inferior de los cimacios. Su apariencia de elegante sencillez y a la vez tosca factura, además de su decoración iconográfica, muestra similitud con la portada del cementerio de la localidad.
Es probable que ambas portadas formaran parte de un mismo edificio, estando la primera colocada en el muro norte como acceso al antiguo campo santo mientras que la otra, más decorada, sería la principal.