Al norte de la localidad de Quintana del Marco, en plena calzada romana de la Vía de la Plata, en la zona conocida como el Pago de los Villares, se descubrían en 1899 restos de la que debió ser una gran villa romana que se ha atribuido al siglo IV, aunque algunos de los materiales arqueológicos hallados hacen pensar que fuera lugar de asentamiento ya en el siglo I.
El yacimiento arqueológico de Los Villares sobresale, especialmente, por los mosaicos que pavimentaban buena parte de las estancias descubiertas, las de mayor relevancia unas teselas de Hilas y Ninfas que se conservan en el Museo de León, en el edificio Pallarés de la capital. Otros se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional.
Del mismo modo, el busto del emperador Marco Aurelio que ha coronado la espadaña de la iglesia de la localidad era otro de los grandes hallazgos de este yacimiento, datado en el siglo IV; talla que, por cierto, protagonizaba un delito contra el patrimonio histórico al ser sustraída aunque recuperada con éxito por parte de los agentes de la autoridad.
Desde instituciones como el Ayuntamiento de la localidad y la Diputación de León se lleva tiempo demandando la musealización de este espacio que ha visto mermado su patrimonio. Vasijas, mosaicos, monedas u otros utensilios que han ido saliendo a la luz han acabado, muchos de ellos, en manos de anticuarios e incluso de muchos vecinos. El objetivo es preservar esta riqueza arqueológica.
En la zona conocida popularmente como el “Pago de los Villares”, en plena calzada romana de la Vía de la Plata se encuentran los restos de una gran villa romana datada en el siglo IV, aunque ciertos materiales arqueológicos encontrados en diversas excavaciones atestiguan que el asentamiento estaba ya habitado en el siglo I.
El yacimiento es conocido, sobre todo, por los mosaicos encontrados que pavimentaban gran parte de las estancias de la villa, de entre los que sobresale el de “Hilas y las Ninfas”, actualmente expuesto en el Museo de León en la capital.
Otro hallazgo importante ha sido el busto del emperador Marco Aurelio, del siglo IV, que ha permanecido como elemento decorativo de la espadaña de la iglesia de Quintana del marco.