La Torre de Ribera de Tapia, en la localidad del mismo nombre, parece remontarse al siglo XV. Fue, se cree, propiedad de los Tapia, aunque hay quienes citan también a la familia Osorios , marqueses de Astorga, que escogieron este emplazamiento con el objetivo de controlar el valle del río Órbigo. Posteriormente, pasó a manos de los enemigos de estos últimos, los Quiñones, Condes de Luna, que la convirtieron en una pieza clave de la defensa de sus territorios condales.
Se trata de un torreón rematado con almenas de planta cuadrada y considerable altura. Tuvo en su momento cerca y foso y hay quienes le atribuyen hasta un castillo del que ésta sería solo una de las torres.
A pesar de estar parcialmente derruida ha sido objeto de consolidación y restauración parcial y cuenta, desde 1949, con al declaración de Monumento Histórico.
La construcción arquitectónica sigue los cánones de otras torres del homenaje de los Luna en los castillos de Laguna de Negrillos y Villanueva de Jamuz.