En tierras de Babia y Laciana, en ambas, pisando unas y pisando otras, se levanta el Santuario de la Virgen de Carrasconte.
El camerín de la Virgen, el altar, las naves laterales, la cúpula y parte de la nave central se asientan en el municipio de Cabrillanes, en tierras babianas; mientras que el resto de la nave, el coro y las dos puertas de entrada se encuentran en tierras lacianiegas. Se contentan ambos, en Babia por tener a la Virgen en su comarca, y en Laciana porque la imagen mire a su territorio.
La leyenda sitúa el origen de este santuario en el siglo IX, vinculado a la aparición de la Virgen a un pastor. Sin embargo, los testimonios escritos más tempranos datan de 1602 y 1634 y se conservan en el archivo parroquial de Piedrafita de Babia. Sí hay alguna mención anterior a este templo.
En el siglo XVIII, la afluencia de fieles al lugar era tan numerosa que se llevó a cabo una ampliación.
Fue le Arzobispo de Oviedo quien insta al rector del Santuario a dotarlo de una mayor cabida. Así, la rústica capilla se convierte en una edificación de cierta importancia con sillería bien labrada y dotada de buenos adornos y retablos.
En tiempos más recientes, el 28 de julio de 1936, el templo fue saqueado y quemados todos sus enseres, incluida la imagen de la Virgen de Carrasconte, atribuida a un artista popular anónimo. La actual talla data de 1946 y es una copia de la original, también en madera policromada.
Cada 15 de agosto, el santuario de Nuestra Señora de Carrasconte, patrona de Laciana y Babia, congrega miles de romeros procedentes de distintos puntos de la provincia de León y la vecina comunidad asturiana que participan de esta fiesta declarada de Interés Turístico Provincial.