Mansilla de Las Mulas

Aunque su origen latino se pierde con los siglos, el peregrino que llega a Mansilla y ve sus verdes tierras, su fértil vega y su huertos, comprende pronto el origen de su nombre, ”mansus”, finca fértil, espacio de cultivo y de recreo.

Las riquezas de estas tierras dieron origen, en torno al año 70 a la primera muralla que rodeó la antigua Mansela, muralla que no resistió las acometidas de los godos y de Almanzor, y que fue reconstruida, por orden el rey Fernando II de León, en el siglo XII, y que hoy rodea la antigua villa santiaguesa.

La prosperidad medieval de la villa, que vino a raíz de sus importantes ferias de ganado y de ser punto de referencia en el Camino, la proporcionaron una intensa vida comercial y religiosa en sus calles, vida que se intuye actualmente en sus monumentos, calles y plazoletas.

Como en su iglesia parroquial de Santa María que fue erigida en el siglo XVIII y posee tres naves y crucero, planta basilical y cúpula sobre pechinas y que encierra su interior un Altar Mayor con retablo barroco del XVIII.

O en la iglesia de San Martín, del siglo XIII, obra de una sola nave con arco de piedra en su primera construcción y uno de medio punto en su ampliación de los siglos XVI y XVII, y que mantiene una portada gótica de transición en la fachada principal.

Y en la Ermita de la Virgen de Gracia que data de finales del XIV.

Su Convento de San Agustín, datado en el siglo XV y que debe su fundación a los Almirantes de Castilla, conserva la fachada principal con portada renacentista del siglo XV y en su interior la capilla de los Vaillafañe, además de restos del patio central, claustro y de la primitiva iglesia. En 1788 el convento llego a albergar una cátedra de gramática y filosofía, teología y latín.  Actualmente alberga la sede del Museo Etnográfico Provincial con una de las mejores colecciones, en su género, del país.

Mansilla conserva también un interesante legado de arquitectura tradicional, casas de barro con soportales de madera, en sus plazas del grano, de la leña y del pozo, además de interesantes molinos como el de los curas y el del redondal, y diversos palomares.

Mansilla, como lugar emblemático del Camino, cuenta con todos los servicios que el peregrino pueda requerir para descansar y poder proseguir su viaje, centro de salud, farmacia, bares, restaurantes…

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