Manjarín

Aunque existen en sus inmediaciones restos de actividad minera de época romana, probablemente, Manjarín, tenga su origen en la repoblación realizada en la zona, en el siglo IX, por parte del Conde Gatón.

Su historia está estrechamente ligada al Camino desde que en el siglo XI, el mismo ermitaño y monje que construyó la alberguería de Foncebadón, Gaucelmo, construyese otra alberguería en este paraje.

Los vecinos de Manjarín estuvieron exentos, desde la edad media, del pago de tributos a cambio de señalizar el Camino, sobre todo en época invernal.

A mediados del siglo XIX aún existían en el lugar una treintena de casas con el techo de paja, que fueron progresivamente desapareciendo hasta nuestros días que es un despoblado.

En 1993, un ermitaño llamado Tomás Martínez retoma la labor hospitalera en el lugar y funda un refugio para peregrinos en la antigua escuela, convirtiéndose, este lugar y su gestor, con los años, en uno de los lugares y personajes más populares del Camino.

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