Las Médulas

Desde la capital berciana se accede a la N-536 en dirección a Priaranza del Bierzo.

En sus inmediaciones se conserva una curiosa imagen de un templario tallada en el tronco de un árbol, que indica el camino a seguir para llegar a Santalla. Aquí hay tomar un desvío hacia la izquierda con el fin de llegar a Villavieja, donde es imprescindible realizar la primera parada para disfrutar de los encantos del Castillo de Cornatel. Esta impresionante fortaleza, con más de nueve siglos de historia, se erige en un altozano de los Montes Aquilanos, resistiendo al paso del tiempo y evocando las épocas de señores feudales, damas, nobles y caballeros templarios. Consta de una sola muralla recorrida por un paseo de ronda defensivo, totalmente almenado, al que se accedía mediante escaleras de pizarra.

De vuelta a la época contemporánea, es necesario retomar la N-536 en dirección a Carucedo y al lago que lleva su nombre (hoy en día es un humedal protegido). Se trata de una singular formación acuífera, resultado de las excavaciones llevadas a cabo por los romanos para la extracción de oro: Las Médulas.

Aunque esta localidad también cuenta con otros importantes reclamos turísticos y culturales, como por ejemplo su iglesia de origen románico, que alberga una de las piezas de platería más importante de El Bierzo, datada en el S.XVIII. Del mismo modo, también es recomendable acudir al aula Arqueológica de Las Médulas que, con una didáctica explicación, ayuda a comprender los métodos de extracción del oro y los cambios que ha supuesto en la zona la explotación romana.

A poca distancia, y en la margen izquierda de la N-536, una carretera secundaria conduce a Orellán, cuyo mirador ofrece una vista privilegiada del enclave declarado Patrimonio de la Humanidad, pudiendo visitarse además una de sus galerías. Sin embargo, para acceder a este paraje es necesario desandar el camino hasta llegar a un cruce en el que hay que girar a la izquierda (a la derecha si se viene de Carucedo). De este modo se podrá tocar el corazón mismo del yacimiento aurífero, resultado de la intervención romana en la zona a lo largo de dos siglos y de los cambios experimentados por ésta hasta la actualidad. Así, los cultivos introducidos en época romana, particularmente el castaño y el roble, han pervivido hasta la actualidad y la misma superficie dejada por los desmontes mineros antiguos ha dado paso a nuevas formas de explotación del suelo.

Aunque, antes de iniciar cualquier recorrido por la zona, resulta aconsejable acudir al Centro de Recepción de Visitantes situado en el propio pueblo de Las Médulas, ya que desde este centro se organizan visitas guiadas por el sendero de Las Valiñas. Un recorrido de aproximadamente tres kilómetros que llega hasta La Cuevona (la galería de mayor altura de todas las existentes) y La Encantada, dos de las grutas que más impresionan y marcan a los visitantes.