La localidad de Corullón se encuentra ubicada en una colina sobre la que se domina la vega del Burbia.
Esta zona lleva habitada desde mucho antes que los romanos llegaran a la Península.
La ocupación en la prehistoria y la presencia de poblaciones celtas queda contrastada materialmente a través de las distintas pinturas rupestres y los diversos castros que se diseminan por el entorno.
En cuanto a la iglesia de San Esteban, su cronología está expuesta en el muro septentrional de la torre. En el, hay una gran inscripción grabada donde figura la consagración del templo, por el obispo de Astorga, Osmundo, y en la que se hace alusión al comienzo y final de la obra, que quedaría delimitada entre los años 1093 y 1100.
La antigua edificación se vio seriamente alterada en el siglo XVII por una reforma que afectó especialmente a la cabecera del templo.
De la edificación primigenia se conserva la torre cuyos muros laterales están dotados de contrafuertes de pizarra de notable espesor. Este grosor puede ser debido a que antaño pudo soportar parte de la carga de una bóveda de cañón, como se deduce de los arcos perpiaños que todavía se pueden observar. La iglesia consta de una nave muy modificada por las reformas del siglo XVII, habiendo desaparecido el ábside original.
Bajo los aleros hay una colección de canecillos o modillones con temáticas de animales, cabeza de león y figuras humanas, alguna de ellas cargadas de una fuerte connotación sexual.
La portada tiene ciertas semejanzas con la Portada de las Platerías de la Catedral de Santiago. En el interior del templo se puede observar el retablo mayor, de traza barroca, en honor al patrón de la iglesia, San Esteban, y una imagen de San José con cronología del siglo XVIII provista de gran belleza. También destacan los retablos situados en los laterales y que están fechados en el siglo XVII.