El edificio, diseñado por el arquitecto Manuel de Cárdenas, fue concebido inicialmente para ser la sede de Correos y Telégrafos. A pesar de enfrentar varios contratiempos financieros, la construcción logró concluirse en 1918.
Este notable inmueble, que se remonta a principios del siglo XX, fue en su momento un proyecto innovador. Cárdenas imaginó una estructura compuesta por tres cuerpos principales, organizados alrededor de un patio central cubierto en la planta baja, que estaba destinado a la atención al público.
Las oficinas se distribuyeron en las tres plantas superiores, con un diseño clásico que consistía en habitaciones conectadas en serie. El estilo original del edificio evocaba un aire medievalista con elementos disruptivos. Sin embargo, este concepto fue simplificado con el tiempo, eliminando los detalles góticos y optando por una estética más depurada y moderna.
El tratamiento exterior del edificio fue ejecutado con piedra caliza griotte proveniente de las montañas de León, trabajada en su estado natural. Este material fue clave para lograr una apariencia robusta y expresiva, una técnica que ya había sido empleada de manera exitosa por Gaudí en la Casa de los Botines. En la actualidad, el edificio alberga varias oficinas de la Diputación Provincial, entre las que se encuentra la Oficina de Turismo de la Diputación de León.