Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1976 en reconocimiento a la buena conservación de su arquitectura popular, el pueblo de Peñalba de Santiago se encuentra en el frondoso Valle del Silencio, en el corazón del Bierzo, en un enclave que ya solo por su nombre invita a la ensoñación y la leyenda.
El espectáculo del valle es fértil en vegetación, paisaje e historia.
El pueblo parece haber vivido ajeno al paso del tiempo, como si el propio entorno le hubiera atrapado, al margen de los avatares y el desarrollo de la modernidad.
Conserva casi intactas las típicas casas serranas de piedra y pizarra, con madera en los balcones que evocan labores de antaño. Casas que se apiñan en torno a la gran joya del valle, la iglesia mozárabe, como si intentaran protegerla. Y aunque la iglesia merece una mención aparte, sin duda, ha impregnado la vida del valle. Lo hizo antaño con la pequeña comunidad de monjes fundada por San Genadio, que habitaron estas tierras en el siglo X, y lo hace ahora, porque su importancia arquitectónica merece una visita que ha conllevado al desarrollo turístico de la zona.
Desde la iglesia, a tan solo media hora, se emprende el camino hacia la cueva de San Genadio, donde el monje se retiró a meditar. El trayecto invita a contemplar el maravilloso paisaje, a observar cómo el río se esconde entre el valle, a oír los sonidos de una naturaleza poco explorada, donde tan sólo el silencio acompaña los pasos. La cueva, siempre abierta, tiene en su interior un pequeño altar con numerosas ofrendas traídas por los visitantes.
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