Lombillo, enclave privilegiado de la zona, cuenta con un mirador que ofrece una espléndida perspectiva tanto de El Morredero y La Guiana, cumbres de los imponentes Montes Aquilanos, como de los cercanos pueblos de Salas y Villar de los Barrios.
La naturaleza en este punto se muestra generosa con el ojo del visitante, el paisaje es simplemente formidable en cualquier época del año gracias a sus bosques en los que abundan almendros y castaños.
El patrón de Lombillo no es otro que Santo Tirso y es en su Ermita donde se le rinde un culto devoto. Así cada 28 de enero, fecha señalada en el santoral, se celebran diversos oficios religiosos.
Además, durante la Semana Santa tiene lugar una procesión popular entre este pueblo y la Iglesia de San Martín, que se halla en el camino vecinal entre Lombillo y Salas.
Precisamente cerca de esta hermosa iglesia se encontró una inscripción alusiva al dios Mercurio, procedente quizá de un templo desaparecido que por aquí existiera.
No es este el único vestigio histórico que desafía a los arqueólogos. En la parte superior de Lombillo hay una fuente, presumiblemente romana, con una estructura abovedada bajo el nivel del suelo que hace necesario el uso de una escalinata. Si nos adentramos en sus calles nos admiraremos de su plaza ornada con una antigua fuente y dos antiguas casas, distinguida una de ellas con un escudo nobiliario.
Lombillo atesora una arquitectura popular que ha eludido el paso del tiempo y que hace de sus calles y plazas un lugar en el que el tiempo ha decidido parar sus trascurso para poder contemplar, con detenimiento, este Conjunto Histórico Artístico.
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