El pequeño pueblo de Lusío se enmarca en un entorno excepcional rodeado de montes y valles de frondosa vegetación donde corretea el río Selmo. Se sabe que tuvo un castillo importante, perteneciente al Marquesado de Villafranca, del cual apenas quedan restos y escasa documentación. La localidad pertenece al municipio de Oencia, un paraje que cuenta con diversas aldeas y que está amparada por la bella naturaleza característica del Bierzo. Castaños, robles y abedules forman un fértil valle dedicado sobre todo a la agricultura y las labores rurales. A principios del siglo XX el municipio fue muy conocido por sus minas de wólfram que se destinaban a la construcción de cañones, y que durante la II Guerra Mundial trabajaban a pleno rendimiento para la transformación del apreciado mineral. Se sabe que en Lusío existió una ferrería, varios molinos y hornos de pan, además de una cantera de pizarra de la que se extrae el material para construir las típicas casas bercianas.
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