El municipio de Balboa, situado a los pies de la Sierra de los Ancares, donde la Cordillera Cantábrica muere en su extremo occidental, se desarrolla inseparable a su entorno. Un territorio de 51 kilómetros cuadrados de extensión y una altitud media de 950 metros.
Lo atraviesa el río que da nombre al municipio y a la cabecera de este valle frondoso, de fuertes pendientes, enorme riqueza forestal y asiento para más de una quincena de núcleos de población.
Memoria y evolución se han propuesto avanzar sin desavenencias. El desarrollo se ejerce sobre la base de la tradición y la naturaleza y el ‘pacto de convivencia’ está dando muy buenos resultados.
La Casa de las Gentes de Balboa nacía así con el objetivo de promover este desarrollo rural. Su papel trasciende del de mero museo o centro cívico, siendo una herramienta de promoción de actividades de todo tipo, cultura, turismo y, en definitiva, desarrollo del territorio que, hasta la fecha, ha demostrado un enorme dinamismo con iniciativas tan originales y provechosas como la puesta en marcha de un Banco de Castaños, un sistema de adopción de árboles que permite a sus arrendatarios aprovecharse de su fruto a cambio de procurarle cuidados.