Una vez superados los tiempos de prohibición, Las Carnestolendas leonesas fueron recuperadas a mediados de los 80 del pasado siglo. A lo largo de la provincia se celebran otros carnavales más actuales donde las máscaras, los disfraces, las comparsas, reinas y musas se adueñan de las calles. El bullicio y la diversión se apodera de La Bañeza, Astorga, Ponferrada y la ciudad de León.
El Carnaval de la ciudad de León es una fiesta, sobre todo, participativa. Multitud de actividades se combinan a lo largo de seis días, en un programa pensado para niños, jóvenes, familias y mayores. Entre la oferta de festivales, desfiles, teatro de calle, música callejera, bailes populares y orquestas, destaca la Gala de Elección de la Reina de Carnaval, por la gran calidad de los diseños en los trajes y la belleza de las candidatas. El Festival Infantil es otra cita ineludible en el Palacio de los Deportes.
El Carnaval, denominado también en León Antruejo, está encarnado por personajes muy peculiares como los guirrios, zafarrones, jurrus y maranfallos. Vestidos con calzones blancos, cencerros de cinturón y cubiertos con caretas rematadas con abanicos de colores aparecen los guirrios, como los de Velilla de la Reina o Llamas de la Ribera. El zafarrón, otro personaje horripilante cubierto con piel de cordero y una espantosa careta negra, puede verse en Riello. Y los maranfallos de Burbia arrojan ceniza y espantan con su presencia. No menos temor despiertan los jurrus, como los de Alija del Infantado, que con sus tétricas máscaras deambulan por la calle. Representaciones atávicas que, ahora, son motivo de diversión y entretenimiento para todos los que quieran participar.