Del trazado antiguo de Cacabelos destaca la señorial calle de Santa María, paso jacobeo y arteria histórica de la villa.
Es tradición ubicar la judería medieval de Cacabelos en ambos extremos de esta calle, según era la norma y práctica habitual de las comunidades hebreas en las localidades del Camino de Santiago, donde los judíos se especializaron en toda clase de transacciones financieras y de compra-venta con los peregrinos.
En los extremos de la vía se abrían las dos puertas más importantes de la cerca: la de Cimadevilla, junto a la ermita de San Roque, y la de San Andrés, próxima al templo de Nuestra Señora de la Plaza.
La calle es un desfile de edificios blasonados, con ejemplos sobresalientes de casas y casonas señoriales, muchas de ellas barrocas y con excelentes escudos heráldicos.
Es también el eje del dinamismo de la localidad, en ella se encuentran el Mercado de Abastos, establecimientos hoteleros, restaurantes, bodegas y comercios, y es un punto de encuentro para los peregrinos.
La calle de Santa María acaba en la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María, de la que debe destacarse el primitivo ábside románico, la torre neorrománica y una imagen pétrea de la Virgen del siglo XIII, en el óculo del tímpano de la portada.
En el interior, además de una inscripción romana, se encuentra la capilla románica, un Cristo crucificado del siglo XIII y varias tallas del siglo XVII, entre ellas la titular del templo: la Virgen de la Asunción, excelente talla de la escuela de Gregorio Fernández, y la de San Isidro labrador.