Ribera del Esla, grande el río, grande ella. Rincón fértil, generador de auténticas maravillas. Tal vez sea el pimiento morrón la más gloriosa de ellas.
Un pimiento de presencia excepcional, vendido en fresco desde hace cientos de años en ferias de León, Asturias, Galicia, Cantabria… y que los hortelanos disfrutaban asándolos y conservándolos en tarros de cristal. Nunca el hortelano de nuestra tierra se había preocupado de la venta de su producto transformado. Pero, vistas sus capacidades, ahora se puede encontrar ya tanto asado como frito, tanto verde como rojo.
Disfrútenlo como les plazca, pero eso sí, recordando lo que lleva consigo: su historia desde el siglo XVI, el trabajo del hortelano y la esencia de las montañas de León, erosionadas por las aguas del Esla.