La zona arqueológica de la ciudad histórica de Lancia, dispone de una situación privilegiada para dominar los valles de los ríos Esla y Porma.
Siendo escogida como asentamiento astur en la Edad del Bronce, ha sido considerada la ciudad más importante de este pueblo celta por las numerosas referencias que a ella hacen diferentes historiadores romanos, entre ellos Dión Casio, que la identifica como «la ciudad más importante de los astures», lo que parece ser cierto, en base a los hallazgos arqueológicos de la época prerromana en la que la ciudad debía alcanzar una extensión aproximada de 30 hectáreas.
Desde fines del Siglo I, Lancia alcanzó el grado de “municipium flavium”, prueba de ello son los tipos de edificaciones públicas, la red de alcantarillado y el urbanismo existente de planta reticular.
En el Siglo IV fue abandonada la ciudad definitivamente.
Entre sus construcciones que han sido excavadas destacan, el mercado un edificio simétrico con dos grandes vestíbulos con pasillo porticado que conducía a las seis tiendas existentes en el mismo, y las termas en las que se aprecian el pasillo distribuidor, habitaciones, vestuario, letrinas, sala fría con piscina, salas templadas y sala de calor.
Ambas construcciones conservan sus sistemas de drenaje o cloacas, lo que indica el uso interno y eficiente de agua.