Villacé, en el término municipal de Villamañán, tiene en su iglesia parroquial un tesoro declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento en 2008.
Es un ejemplo claro de arquitectura religiosa del siglo XVIII y el edificio ocupa una lugar prominente, dominando el conjunto dela villa. En su torre, la parte más antigua que se conserva del templo de origen morisco, perdura la herencia mudéjar con sus materiales tradicionales, tapial y ladrillo, y una cubierta policromada que fue realizada con tejas vidriadas en blanco, negro y verde.La iglesia consta de tres naves separadas por arcos ojivales muy apuntados y arcos de medio punto en sentido transversal.
El acceso se realiza a través de un atrio de pavimento enchinarrado, cubierto con armadura que apoya en esbeltas columnas de piedra.
Pero los verdaderos tesoros de la iglesia de Villacé se atesoran en su interior, destacando, entre otros, un artesonado policromado del siglo XV, el pavimento de las naves formado por grandes losas de pizarra, algunas con inscripciones funerarias y escudos, el órgano del Siglo XVIII, el púlpito de madera policromada, una pila bautismal de piedra con motivos geométricos, y varios y valiosos retablos barrocos.