Vestigio de la época romana es la red de cloacas o alcantarillado de Asturica Augusta, descubierta en el siglo XIX. Se trata de galerías abovedadas que alcanzan casi dos metros de altura, algunas de las cuales permanecen aún en uso. Se cree que pertenecen al origen de la ciudad; sin embargo, las que se conservan en el Jardín de la Sinagoga, descubiertas en 1946, fueron construidas en el siglo I, en sustitución de las primeras o ampliación de las primeras debido al crecimiento de la urbe romana.
Las que se pueden visitar en la actualidad se construyeron hacia el año 80 de nuestra Era, con una altura de hasta metro ochenta y bóvedas de cañón realizadas a base de piedras unidas con argamasa.
En ocasiones las cloacas contaban con andenes laterales para el tránsito y todas ellas poseen suelos de pizarra.
Esta antiquísima construcción sanitaria evacuaba el agua residual de la ciudad a los ríos Jerga y Tuerto
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