El señorío de Lagunas de Somoza nace a la sombra de compra de títulos que se llevaron a cabo durante los reinados de Felipe II y Felipe IV. El señor de la villa levantó el actual torreón como afirmación y constancia pública de sus nuevas posesiones territoriales, que aportarían al señorío pingües beneficios durante siglos.
Según consta, por ejemplo, en escritos de 1752, el Señor de Lagunas obtenía de la villa, siete cargas y media de de trigo y centeno, 125 gallinas y 25 carros de leña del vecino monte Carrizal.
La actual torre, de la que se ha llegado incluso a plantear que fue un molino, es una construcción de fuerte muros de tapial, cilíndrica en la que se ha perdido toda su estructura interior.
Desde ella se obtienen unas magníficas vistas de la villa y de todo el terreno circundante del antiguo señorío.