Enclavada en plena Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, la localidad de Ciñera de Gordón fue durante el siglo XX uno de los enclaves mineros más destacables de la provincia, una actividad crucial para la economía de la comarca. El declive del carbón llevó al cierre de numerosas explotaciones y al abandono de sus infraestructuras, dejando tras de sí un valioso patrimonio industrial que atestigua sobre la vida y el trabajo en la región.
Dentro de este legado destaca el Pozo Ibarra, un complejo minero declarado en 2011 Bien de Interés Cultural (BIC) en su consideración de Conjunto Etnológico. Emblemático por su castillete, en el Pozo Ibarra se llegó a perforar hasta una profundidad de más de 150 metros en 1930.
Esta llamativa estructura metálica de casi 35 metros de altura y 60 toneladas se eleva entre los bosques y peñas de los alrededores, perpetuando el nombre de D. Francisco de Ibarra, quien fuera presidente de la Hullera Vasco-Leonesa. A pesar de los daños sufridos durante la Guerra Civil, con posteriores reparaciones y mejoras, este pozo continuó en operación hasta su cierre definitivo a finales de 1996.
Para el visitante este conjunto de torre y construcciones anexas, ofrece una visión tangible de su historia vinculada al carbón, manifiesta especialmente en ese castillete donde un ascensor descendía a la mina. Una imponente estructura de hierro característica del siglo XIX, con su torre de cuatro columnas dividida en siete tramos, unido por carteles de chapa y que se decoraron con crucetas de ángulo.