El vino ha marcado gran parte de la vida y cultura de Cacabelos.
Ya hace 2000 años, Plinio el Viejo y Estrabón hicieron ya referencia a los viñedos del Bierzo. Precisamente, los romanos impulsaron la riqueza agrícola de esta tierra e introdujeron cultivos de vid, los cuales se han mantenido durante siglos.
Pero el verdadero apogeo de los caldos bercianos estuvo vinculado a los monasterios medievales, sobre todo los cistercienses, en los que el vino era uno de los elementos esenciales para el culto y la alimentación.
A lo largo de los siglos se ha ido fraguando una auténtica tradición vitivinícola que ha alcanzado su máximo esplendor con la creación en 1989 del Consejo Regulador Denominación de Origen Bierzo con sede en la villa de Cacabelos.
El Museo del Vino rinde homenaje a la cultura vinícola y a la larga tradición que atesora esta localidad.
El espacio está dividido en tres secciones: el área de aperos de labranza y recolección de la vid, entre la que destaca una importante colección de tijeras de podar y máquinas sulfatadoras; la sección correspondiente a las máquinas e ingenios para la obtención y el tratamiento de vino y alcoholes, formada por piezas artesanales e industriales, máquinas de filtrado, bombas de trasegado, alambiques y otros artilugios del Siglo XIX y XX; y por último la sección de envases y vinos donde se muestra una interesante recopilación de garrafas, etiquetas y vinos bercianos y castellano-leoneses.
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