La tradición alfarera hunde muy profundamente sus raíces en este pueblo que rinde homenaje a este arte en su Alfar Museo, una institución del Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz, cabecera del municipio, y que cuenta con el apoyo financiero de la Diputación de León a través del Instituto Leonés de Cultura.
Siglos y siglos dando forma a vasijas, platos, cántaros y demás piezas cocidas en hornos de leña, que cuentan con gran reconocimiento dentro y fuera de la provincia leonesa.
Los alfares eran negocios familiares en los que participaba toda los miembros del clan. El cabeza de familia al torno; la mujer, al vidriado; los hijos encargados de sacar a orear los cacharros o ayudando a meterlos en el horno… A mediados del siglo pasado se contaban hasta una treintena de hornos encendidos al día, si bien en torno a 1980 ya solo quedaban activos unos doce alfares.
El citado Alfar Museo, inaugurado en 1994, trata de preservar y recuperar esta tradición. Aquí se puede contemplar la riqueza productiva de esta zona y la elaboración de los ‘cacharros’ siguiendo las pautas históricas que exigen la extracción de la arcilla de los barreros del pueblo; el secado, toña y barrera para amasar el barrio; la creación de los cacharros al torno; la cocción en el horno árabe con leña de urces; el vidriado de las piezas con sulfuro de plomo previamente triturado en el molino tradicional y, finalmente, la decoración de algunas piezas utilizando como pincel la pluma del ala de una gallina, un arte que exige mucho pulso.