Cistierna es una localidad considerada una “puerta” a la montaña leonesa. Su nombre podría aludir a sus abundantes fuentes y arroyos. De su historia antigua se conservan algunas estelas vadinienses y la antigua calzada romana.
El auge de la minería a finales del siglo XIX, con las explotaciones carboníferas del cercano Valle de Sabero, y la llegada del ferrocarril de vía estrecha a la localidad, con su puente de hierro, marcaron su momento de expansión.
Así, la inauguración en 1894 de la línea férrea de vía estrecha La Robla-Valmaseda, fijó en Cistierna una de sus estaciones más importantes y la convirtió en ciudad ferroviaria.
En 2009 se puso en marcha este museo ubicado en el antiguo economato de la línea La Robla-Bilbao.
En él se recogen un amplio conjunto de objetos relacionados con el ferrocarril, sus trabajadores y su forma de vida. También se proyectan audiovisuales que nos trasladan a ese pasado en el que el arduo trabajo en el ferrocarril hizo posible que los trenes siguieran avanzando: transportando viajeros o mercancías, y conectando regiones.